Actividad del autor: Historiador

Me decido finalmente a informar públicamente, al menos en lo más trascendente en el ámbito general respecto a los avatares de mi persona.

Desde el 15/02/2010 que sufrí una hemorragia  en el cerebelo medio izquierdo, he perdido de forma permanente la estabilidad física; estadísticamente está siendo improbable que todavía no me haya matado en accidente doméstico. También he perdido gran parte de la memoria, hasta el punto de tener que aprender de mis anteriores publicaciones y las bases de datos que había confeccionado sobre mis deducciones.

Por causas que otros responsables  debieran justificar, no he recibido ayuda de las editoriales de potencia tradicional, así que mis publicaciones con permanente detrimento general  las pago  un servidor.

No me cabe duda que varias universidades tanto nacionales como extranjeras, son conscientes, que en Ciencias Sociales, mi aportación a tal nivel, carece de precedentes en España. A pesar de que mis aportaciones resolutivas y de evidencia científica, se encuentran registradas y publicadas, no voy ha citarlas, porque pudiera parecer jactancia, no información. Dada la corrupción existente, comprendo que las universidades o en concreto los catedráticos no se hayan atrevido a potenciarlas públicamente por temor a represalias.

Debe saberse, que no sólo carezco de ayuda, o recompensa oficial alguna, sino que durante años mientras me encontraba, enfrascado frenéticamente y sin horario de descanso, tratando en esclarecer enigmas de naturaleza social, mis ordenadores no se encontraban conectados a Internet y por tanto tampoco un servidor; no obstante había quien, para desprestigiarme, suplantando mi identidad se había dedicado a insultar a personas influyentes, políticos, catedráticos, etc., e incluso amigos a quien debo apoyo, agradecimiento y sentido afecto.

Me indujo la sospecha de tal existencia de  insidia o delito impune y con autoría aún desconocida, cuando personalmente pude comprobar a un redactor jefe extrañarse, que en  la obra que presentaba no insultase a alguien.

El referido delito es de carácter público, también universal por sus consecuencias, pero no se ha publicado: eso explicaría el rechazo hacia mí, a la atención al teléfono por parte de alguna persona de bien; quizás pensase que los científicos no estamos exentos de perder la razón, aunque eso parece que hasta el momento lo no padezco.

No obstante me entristece el pesimismo, al comprobar con que facilidad se deja engañar la gente de bien; los que en realidad somos la única esperanza para la vida sostenible en la Tierra.
Una vez más me encuentro ante el obstáculo de disponer de unos hallazgos científicos editados personalmente y preparados para sólo copiar en edición a publicar, sin más labor que la función mecánica de imprenta. En otras ocasiones lo había realizado con desembolso personal total, pero ya se han acabado mis fondos; es obstáculo añadido mi imposibilidad de gestión a causa de la presente discapacidad.
Además tengo muy serios indicios de la existencia de acciones represivas graves contra trabajadores de bien, que me mantienen en duda contra la buena intención de alguna editorial.
Las fuerzas del mal actúan de forma siniestra y malévola, porque lo permitimos silenciando.
Tratando de informar sobre la situación general, finalizando el día de ayer, como primicia, di  a conocer universalmente la siguiente noticia que incluyo:

Soy un descubridor científico pobre en medios materiales, pero con amplias aportaciones realizadas al conocimiento en Ciencias Sociales, pero sin recibir recompensa alguna: Aquejado de discapacidad física, en mi intento de difundir los hallazgos trascendentes que últimamente he realizado, tratare de recurrir a todos los escasos medios a mi alcance abiertos al mundo; el primero es Facebook: Se trata de un trabajo que tengo totalmente editado al detalle y que trato de publicar; el título es su enunciado: La vida terrestre en cuestión. Por la Ciencia y la Biblia.
Es el trabajo más trascendente que he realizado, ni siquiera queda por esclarecer algo para los humanos, salvo como sobrevivir.
Tengo que informar que mi identidad fue suplantada con insidia, insultando a quién fuere, para crearme descrédito y rechazo. También me han sido “saturadas” varias direcciones de email, por lo que no sé como podrán contactar conmigo.
Si logro publicarlo, se asombrarán de cuantos se interesan por mantener la ignorancia ajena.
Gabriel Carretié González